5 señales que indican que no eres un buen jefe

Mal Jefe

La mayoría de las personas hemos trabajado como empleadas, aunque sea una vez en nuestras vidas. A veces nos tocan jefes que nos enseñan, ejercen su liderazgo de manera correcta y nos inspiran a superarnos cada día para alcanzar nuestro máximo potencial. Mientras que otras veces nuestros jefes son personas con una actitud que se convierte en tropiezo para llevar a cabo nuestras actividades diarias.

Si tienes personas a tu cargo sabes lo difícil que es ser un buen jefe. Si eres demasiado estricto la gente no está contenta, si eres demasiado amable y comprensivo los objetivos no se cumplen. Un buen liderazgo es una de las condiciones primordiales para que los equipos funcionen eficazmente. Aunque no es el único elemento. si estás teniendo problemas en la actualidad con tu negocio, mira qué hacer en Gananci.

Al ser una tarea difícil que requiere mucha responsabilidad y toma de decisiones, muchas veces nuestras mejores intenciones no son suficientes. Así que puede que estés cometiendo errores sin darte cuenta porque las personas que están a tu alrededor no se atreven a decírtelo o, quizá lo hayan hecho y tú no hayas querido escuchar. 

Tal vez lo que necesitas es darte cuenta por ti mismo para que puedas dar un cambio de timón que te beneficie tanto a ti como al negocio que administras. Para ayudarte en esto, reflexiona a continuación con las siguientes premisas que te ayudarán a autoevaluarte.

1. Te tienen miedo.

Si tus empleados te tratan como si tuvieran temor de ti, no es una buena señal. No significa que te respetan. Significa que hacen las cosas por miedo y no por la autoridad que tienes sobre ellos. Es decir, si ellos pudieran elegir entre hacer o no las cosas que les asignas, seguramente elegirían no hacerlas, pero aún las llevan a cabo por el miedo que sienten hacia ti.

El miedo no es una buena manera de infundir respeto. Es preferible ganarlo por cualidades positivas que a la fuerza. La razón es que, si lo haces a la fuerza, tus subordinados no serán leales a ti en ningún aspecto. Pueden ser buenos trabajadores, pero cuando tengan la oportunidad buscarán otros horizontes. 

2. Su comportamiento varía con tu presencia.

Si cuando llegas la tensión se siente en el aire, las personas a tu alrededor cambian su actitud y automáticamente se ponen más serias, esto significa que no se sienten cómodo siendo ellos mismos cuando tú estás cerca. Si los empleados no se sienten en libertad de ser sinceras cuando el jefe está, hay un gran problema.


3. No te respetan.

Si debes repetir varias veces las asignaciones a tus empleados, si te alzan la voz sin importar quién está al frente, si llegan tarde haciendo caso omiso a tus llamados de atención, entre otras cosas, existen claras señales de que tus empleados no te respetan. 

Esto puede ocurrir porque estás siendo muy blando con ellos o porque no te has ganado el respeto con tus acciones ejemplares. No se puede echar la culpa a los subordinados porque si uno solo se comporta de esta manera, él es responsable, pero si tú permites que él y otros lo tengan estos comportamientos repetidas veces, entonces tú eres el culpable.

4. No escuchas las opiniones de tus subordinados.

Una característica presente en todo buen líder es que escucha las ideas de las personas que conforman su equipo ya que sabe la importancia de las lluvias de ideas y los frutos positivos que pueden traer a las organizaciones.

Las personas que no escuchan las opiniones de otros, sino que piensan que las suyas son las únicas válidas, suelen ser de mente estrecha, lo que trae problemas en la innovación, en la adaptación de nuevas tecnologías y en muchos otros aspectos.

5. Antepones el bienestar propio al colectivo.

Algo que diferencia a un buen líder es que le importa más el bienestar colectivo que el suyo. Esto quiere decir que está dispuesto a realizar sacrificios si estos repercutirán de manera colectiva en el ambiente de trabajo, en los resultados generales o en el grupo.

Si crees que cumples con una o todas las premisas anteriores, debes replantearte la razón por la que te encuentras a cargo en esa organización. Si tu deseo es mejorar y hacer cambios para bien, puedes empezar poniendo en práctica estas estrategias para fidelizar a tus trabajadores.

Por supuesto, estos cambios no ocurrirán de la noche a la mañana, debes creer en ti y tenerte paciencia. Seguramente cometerás errores, pero todos son parte del proceso y si tienes la suficiente voluntad, lograrás tu objetivo.

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